La integración familiar de éstos días no ha tenido precedente. He convivido con mi mujer y mi hijo como nunca antes.
No he dejado de componer, he podido completar ya 8 de 20 piezas para piano para un libro que espero se edite a fines de éste año. Además de que una tarea de mis alumnos de bajo sirvió también como composición que lleva de título Contingencia:
Pero ya antes escribí sobre las ventajas del encierro. Hoy toca reflexionar sobre la responsabilidad de estar encerrado.

He salido brevemente a hacer unas compras y no noto la ciudad tan vacía como se esperaría. He escuchado incluso de gente que sigue pensando que el Covid-19 es una táctica de control de masas a nivel global.
Hay que tomar responsabilidad. Es cierto no que no aplica para todos el resguardarse. Mi sincero apoyo a quienes tienen que salir y mis bendiciones.
Mi molestia es hacia aquellos que bien podrían hacerlo y no lo hacen. Estadísticamente de cada 10 conocidos míos, están aproximadamente 5 en casa y 5 fuera. De éstos mismos 10, 7 tienen por lo menos un conocido que tiene contagio.
Con todo y eso sigo escuchando reuniones de vecinos con música fuerte y carne asada. Algunos restaurantes abiertos y el colmo de males en Puebla capital: Gente que fue al centro el 30 de abril.
Es decisión personal, se supone somos adultos maduros. Piensen que a mayor número de contagios se va a extender la contingencia y esto es en detrimento de la economía.