“Todo artista debe aprender a conciliarse con su obra y debe reconocerse a sí mismo en ella, con todas sus imperfecciones y virtudes.” -Alex Mercado
Siempre queda la interrogante después de hacer una grabación que ya se publicó: “¿Habré hecho un buen trabajo?”. Para quien escribe estas líneas esa pregunta empezó a perder peso hace dos años que se me quemó un disco duro donde tenía los masters de algunos de mis álbumes.
Sí, me dio rabia, frustración y tristeza pero también un alivio. La tranquilidad de saber que aunque quisiera, era imposible modificar esas canciones.
Los trabajos grabados en audio son reflejo de lo que fuimos en determinado tiempo-espacio. Resultado directo o indirecto de las circunstancias bajo las cuales se hizo la producción.
Muchas veces la duda impide que un trabajo sonoro vea la luz alguna vez. Tengo amigos y colegas músicos que grabaron discos que se quedaron en la fase de mezcla. Todo por no llegar a una “perfección” deseada.
A mi parecer y desde una óptica de músico e incluso de investigador académico, es mejor ir cerrando proyectos e irlos publicando periódicamente en lugar que detenerse demasiado tiempo en uno.

Todo trabajo, ya sea artístico o científico es una obra en proceso. Igual que nuestra propia vida.
¿Por qué? porque nunca dejamos realmente de aprender y descubrir cosas nuevas. Es imposible verter todo nuestro conocimiento y sabiduría en un solo trabajo.
Concuerdo con el maestro Mercado en aquella frase que usamos para abrir el texto. Hay que estar en paz con nuestras obras y no dar demasiada importancia a las fallas. No es esto una apología a un trabajo mediocre, es importante esforzarse para lograr una producción lo mejor posible. El punto es no ser tan cruel en la autocrítica sobre algo que se hizo en el pasado.