Ahora en éstos días de encierro por contingencia por el virus Covid-19 he tenido tiempo de observar distintas cosas respecto a mi vida.
He aprovechado por fin para tirar la basura de todos aquellos objetos que no utilizo. Empezando por CD y DVD, de datos y música.
En esa limpieza es donde encontré que mucha de la información respaldada en discos de datos se puede quedar directamente en una nube. O si es muy valiosa quizás en disco duro.
Encontré imágenes de 2002 cuando era un inquieto joven que estaba a punto de emprender un viaje de estudios a York, Inglaterra.

Encontré unas grabaciones viejas que quizás después puedan servir para futuras composiciones y algunos de los primeros demos de Eslabon.
Pero aprendí dos valiosas lecciones. La primera tiene que ver con la convivencia familiar. Hemos podido ver varias películas, cocinar juntos e incluso Greta mi esposa nos cortó el pelo a mi hijo Diego y a mi.

La segunda lección importante es que no es necesario gastar tanto dinero. Se puede siempre hacer una minimización material. Desde luego que al no salir, se ahorra en gasolina pero tampoco hemos gastado en restaurantes, ropa o regalos. Hemos comido bien, incluso Greta empezó un recetario, quizás un día sea reliquia familiar.
Por supuesto que no es práctico seguir así el resto de nuestra vida, eventualmente necesitaremos producir para poder generar dinero nuevamente. Pero ahora estoy de acuerdo con que el aislamiento es una oportunidad buena para poner la vida en perspectiva.